Descripción
En su elaboración, se limita el uso de productos químicos, no se emplean pesticidas ni herbicidas, y se evita añadir levaduras comerciales. Los vinos naturales no se filtran ni se someten a crianza en barricas para preservar el sabor original del terruño. Defensores argumentan que esta mínima intervención refleja fielmente el sabor, ofreciendo un producto auténtico.
Los tintos destacan por frescura y ligereza, mientras que los blancos son frescos y frutales, a veces con efervescencia. Tienen menos contenido alcohólico, debido a levaduras autóctonas menos eficientes y vendimias tempranas. Dos estilos destacados son el “pet nat” o vino ancestral, ligero y efervescente, y los “vinos naranja” elaborados como tintos blancos. El desafío principal radica en su precio alto, ya que son elaborados artesanalmente por pequeños productores. Aunque enfrentan críticas por posibles defectos, los defensores sostienen que la experiencia de degustar un vino natural es única. Aunque representan una pequeña parte del mercado, más bodegas se aventuran en su producción, y su permanencia en el mercado es aún incierta.
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